MENSAJE DE
LA
CONFERENCIA EPISCOPAL ECUATORIANA
ANTE LAS
ELECCIONES
21/09/2006
A nombre del
consejo Permanente de la Conferencia Episcopal
Ecuatoriana , me dirijo con respeto y cariño a todos los fieles
católicos y personas de buena voluntad del pueblo ecuatoriano, con motivo de las
elecciones generales a las que hemos sido convocados para el próximo 15 de
octubre.
Nos
alegramos y apoyamos la iniciativa que ha tomado el Consejo Ecuatoriano de
Laicos Católicos, en orden a orientar a todos los ciudadanos sobre las próximas
elecciones, cumpliendo la responsabilidad que les corresponde con espíritu de
fe.
Nos alegra
que la campaña electoral se vaya realizando con madurez política: se están
evitando insultos y ofensas personales y se presentan propuestas positivas.
Esperamos, de parte del Tribunal Electoral, diafanidad en todo el proceso,
indispensable para garantizar el prestigio moral del elegido y la tranquilidad
del pueblo.
Invitamos a
todos los ciudadanos a ejercer su derecho al voto con libertad y
responsabilidad. Para ello es de importancia decisiva el conocer el
pronunciamiento de los Candidatos al menos sobre estos aspectos:
1. El rescate
de la moralidad pública , principalmente en lo tocante a la eliminación de la
corrupción en todos los niveles, de la pornografía, del consumo y tráfico de
estupefacientes, y de la exigencia de coimas para contratos y trámites.
2. La familia
y la defensa de la vida , de modo que se evite la desintegración familiar y se
defienda la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte.
3. Educación
de calidad para todos , haciendo respetar el derecho de los padres de familia
para dar a sus hijos la mejor educación, de acuerdo a sus criterios y dentro de
un marco nacional común, conforme lo proclaman nuestra propia Constitución y las
Declaraciones de los Derechos Humanos.
4. Las
políticas sociales, que lleven a mejorar la condición de los
trabajadores y la promoción de las clases pobres y marginadas, que aseguren la
estabilidad social y contribuyan así al crecimiento económico y al mejoramiento
del pueblo ecuatoriano.
La situación
del momento es difícil, pero siempre hay motivos para la esperanza: Con los ojos
de la fe, los creyentes percibimos en la solidaridad y esperanza de muchos
ciudadanos un reflejo eficiente de la fuerza de la Resurrección de Cristo en la
historia.
Pedimos con
insistencia al Espíritu que reavive las justas expectativas de nuestro pueblo y
unidos a todos los creyentes, dirigimos la plegaria al Señor y a la Virgen María por
nuestra Patria.
Mons. Néstor Herrera Heredia, Presidente de la C.E.E.
Quito, 21 de septiembre de 2006.